No sé usted, pero aquí el suscribiente terminó hasta los cojones de las elecciones catalanas. Todo empezó con la infructuosa negociación de un concierto económico, el recurso a la vía del Constitucional, la infantil pataleta de un gobernante autonómico, ataviada con descaradas amenazas públicas, y el soberbio enconamiento de un presidente que, pasivo y apático, les restó crédito...
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