sábado, 14 de octubre de 2023

Un aval para alquilar

  Que se pueda financiar la compra de un coche pero no se pueda alquilar un piso dice mucho de locura económica en la que andamos inmersos en los últimos tiempos, sin que se columbre siquiera el amago de adoptar remedio alguno.

La misma hipocresía

  Estoy tras la vidriera de mi lugar de trabajo enfrascado en mantener con dignidad una llamada telefónica profesional mientras los transportistas en huelga, al volante de sus camiones y camionetas, cruzan la avenida (de inmediato descubriría que, en realidad, están circundando el paseo que centra la zona, cual circuito de carreras dominguero). Llevan más de una hora de recorrido, acompasado por el tradicional abuso del claxon, los cartelones reivindicativos y la interrupción del tráfico, o el colapso, más bien, pues se les ha reservado, para el ejercicio de su derecho, uno o dos carriles, manteniendo la circulación ordinaria en los restantes. Condición, esta última, que puede fastidiar al resto de usuarios, sin llegar a joderlos del todo. Quizá, de haber sido la convocante alguna de las principales organizaciones sindicales, el tema se habría planteado de otra forma, con corte total del tráfico, megáfono lanza eslóganes, pancarta en cabeza sostenida por líderes sindicales y políticos (de la oposición, claro) y un mosquerío periodístico a la caza de la imagen o la frase de apertura de informativos y periódicos. Pero la circunstancia es la que es, y es lo que hay.