sábado, 11 de agosto de 2018

De filias y cinefilia

Supongo que contará con idéntico proceso, que las aficiones surgirán de igual manera. Personalísima y homogénea a la par. Un destello que inflama el interés, un detalle que incendia el alma. Tal vez las hayamos estado practicando esporádicamente, como al descuido, por ocupar el tiempo libre, o compartirlo con familia o amigos; y un buen día, sin saber el cómo ni el porqué, no podemos abandonarlas, deseando de que lleguen esos preciados momentos reservados para ellas. Algunas ascenderán a pasiones, necesidades vitales que te descomponen, de no satisfacerlas; otras se quedarán en eso, en filias.

Preocupado por Guerrero

Sepa usted, fiel lector, que llevo unas semanas preocupado por mi buen amigo Manuel Guerrero, a quien aprecio y quiero desde hace más de veinte años, y con quien me digno en compartir espacio, o bytes, o como se diga, en esta casa, o web, o el término que se emplee digitalmente; eso sí, siempre al sur de Córdoba… Preocupado, muy preocupado por su cordura; por si su juiciosa circunspección o su circunspecto juicio, tan alabados y aplaudidos nacional e internacionalmente, han sufrido deterioro provocado por agente invasivo incubado en su brillante cerebro, consecuencia de conspirativa acción rusa o norcoreana, como mínimo; por si su complaciente objetividad se ha visto salpicada por un escolasticismo radical o salvaje, agrio, aparente, vil y falso; por si su admirado espíritu crítico se ha dejado domeñar por infames corrientes subalternas de unas revoluciones al estilo de cagajones o cagafierros, externalizadas para el qué dirán, sin solidez ni futuro, desechables. Muy preocupado, sí, con el alma en un puño y mi frágil estado nervioso descompuesto, cual puzle sin piezas de esquinas. Ello, a raíz de la publicación el pasado mes de junio de su artículo «Cuatro películas», donde desmerecía los elogios, reconocimientos y premios cosechados por la película La La Land (2016), del joven director estadounidense Damien Chazelle, a la cual se han rendido crítica y público, incluidos catedráticos del cine de todas las esferas de la industria. Y lo hacía con absoluta carencia de pudor, escribiendo palabras —todavía se me pone la piel de gallina al rememorarlas— como «no es para tanto».

miércoles, 1 de agosto de 2018

Esa basura llamada "2001..." y otras mierdas

Artículo publicado en Surdecordoba.com:

Sí, ya iba siendo hora de dar un paso al frente y decir aquí estoy yo, qué pasa. Ya está bien de pijochuflas y friquipegos, cansado estoy de cinéfilos mercenarios de tres estrellas Michelin, o de donde sean las estrellas del firmamento cinematográfico en tales lances, que será tirando hacia Hollywood, la segunda ele a la derecha, y de supuestos fantasmones del celuloide que babean mentando a Truffaut y la Nouvelle vague con la boquita de petit-suisse rancio o que divinizan de la primera a la última película de Hichtcock, cual dios perfecto y omnisciente...

Irresponsabilidad legalizada

Artículo publicado en Lucenadigital.com:

Hace poco más de un año, ya tecleé en esta casa que, si fuera socialista, hubiera votado al vizcaíno, que, aun sosainas y ateo de cualquier divinidad de sesgo epatante, insípido para los usos y costumbres patrios, imanaría al cuerpo político nacional un justo medio aristotélico muy resuelto y novedoso. Al tiempo, alababa el tesón del matritense, ese honroso «no es no», puñetazo en la idiosincrasia mezquina e hipócrita de una sociedad de dudosa capacidad votadora, si alguna vez tuvo la oportunidad de ejercerla libremente...