martes, 31 de mayo de 2022

Alquilando pelis

 Artículo publicado en Surdecordoba.com:

En alguna ocasión he tecleado que mi pasión cinematográfica se remonta a mi época universitaria, cuando algunos amigos nos reuníamos para ver películas, empezando por Lock & Stock (1998), de Guy Ritchie. Pero recuerdo haber coqueteado con el Arte desde muy niño, aunque las imágenes queden difuminadas por las brumas del tiempo, entrecortadas, y cuya realidad, es probable, haya comprometido la distorsión...

Alquilando pelis

sábado, 14 de mayo de 2022

Condición humana I: El abrazo de Iceta

 El feliz abrazote que el buenazo de Miquel Iceta le dio al, todavía por entonces, Ministro Salvador Illa en plena crisis pandémica no sólo merece interpretarse en clave política, a modo de gesto, pose o pintoresco movimiento histriónico, pretendiente de una manifestación de lealtad incondicional a la partidocracia socialista, como si al buenazo de Iceta no le importara o importase la patada que la cúpula del susodicho partido propinó a la mismísima cabecera del listado autonómico a las elecciones, empellón pendenciero o bajuno que lima la medalla federalista que con tanto pulido se vanaglorian en lucir; como si el buenazo de Iceta entendiera o entendiese que, en verdad, su representatividad autonómica quedaba degradada o ensombrecida por la divinidad ministerial de Illa; como si el buenazo de Iceta aspirara o aspirase a la compensación o soborno de una cartera ministerial vinculada a la unidad territorial de un país donde cada territorio actúa conforme le conviene. O lo más probable es que ni siquiera merezca interpretarse en clave política, pues en España hace tiempo que la política, bien lo sabemos, no tiene interpretación posible ni es digna de dedicación alguna, más allá del placemiento de los abigarrados tertulianos dados a la variopinta opinión mediática.

La Luisiana Española (IV)

 Antonio de Ulloa fue una de las mentes más preclaras de su tiempo. Un ilustrado de diccionario, forjado en la Armada, a mayor gloria de las ciencias, y descubridor del platino. Nació en Sevilla en 1716 y, con apenas trece años, zarpó hacia América, por donde anduvo tres. A su regreso, ingresó en la Real Academia de Guardiamarinas de Cádiz y, sólo dos años después, participó en una expedición destinada a medir el arco del meridiano, patrocinada por la Academia Real de Ciencias francesa (actual Academia de Ciencias de Francia), a la que fue incorporado como miembro. Más tarde, sería igualmente nombrado miembro de la Real Academia de las Ciencias de Suecia y de la Academia Prusiana de las Ciencias y, en 1752, fundó el Estudio y Gabinete de Historia Natural, precedente del Real Gabinete de Historia Natural (hoy, Museo Nacional de Ciencias Naturales), y, en 1753, participó en la creación del Real Observatorio Astronómico de Cádiz (Real Instituto y Observatorio de la Armada), así como en el primer laboratorio de metalurgia español. Anecdótica fue su elección como miembro de la Royal Society británica en 1746. Durante el regreso a Europa de aquella expedición francesa, su fragata, que por inclemencias meteorológicas había desviado el rumbo, fue interceptada por corsarios británicos (no podían faltar en la historia tamaños bellacos), quienes apresaron a la tripulación y la condujeron hasta Londres. Allí, Ulloa fue reconocido y presentado al presidente de la institución, quien, aflojándole un tanto los grilletes (de sobras es conocida la cortesía británica), propuso su nombramiento, el cual se hizo efectivo en el mes de diciembre de aquel año de 1746.

domingo, 1 de mayo de 2022

Adorar a Sorrentino

 Artículo publicado en Lucenadigital.com:

Al cineasta napolitano Paolo Sorrentino se le puede adorar, pero nunca odiar; se le puede ignorar, pero nunca condenar. Sus obras no son de las que se admiran o aborrecen, no se trata de un cineasta de los que gustan o no. Sorrentino es cine, y su filmografía puede generar emoción o indiferencia, nunca desprecio. Dependerá de las preferencias y del estado de ánimo de cada cual. Porque su cine no es sólo una historia, es una sucesión de sensaciones a través de imágenes que se deslizan ante los ojos del espectador, es una construcción de planos evocadores que penetran en su visceralidad, es un cúmulo de belleza que deslumbra su consciencia, revitalizando la inconsciencia...

Adorar a Sorrentino