Ciertamente, a quien suscribe se le da un
ardite el resto de países terráqueos. En lo concerniente a España, pasada la
segunda mitad del XIX, todavía se estilaba la costumbre medieval de reservar
los más altos cargos políticos a militares de lustre. Como si la cosa
gubernativa fuera una incursión, escaramuza o combate, lo cual, aquí, tampoco
era ir descaminado; pero ya escribí que la española fue, y sigue siendo, una
raza aparte. No era, ni es, cuestión de ingenio castrense o mano dura, sino de
que cada palo que aguante su vela, cada perro se lama su cipote, líbrese quien
pueda, maricón el último y Dios ya sabrá reconocer a los suyos cuando lleguen.
Y la maldita costumbre se prolongó, bien lo sabemos todos, hasta las postrimerías
del XX.
sábado, 19 de septiembre de 2015
Historismo constitucional (VIII)
Creyó don Leopoldo (O’Donnell) que sería como
Julio César, «veni, vidi, vici», y escribiría sus batallitas en tercera persona
del singular. Así que empezó fuerte. Por seguir llevándole la contraria a la
planificación política de Espartero, decretó que la Constitución válida era la
de 1845. Mantuvo su vigencia, con unos retoques, improntas de unos deseos
personales ajustados al tiro de sus cojones. Quiero decir que consiguió
incorporar alguna enmienda a la Constitución sin verse obligado a darle la
razón a su antecesor, y redactarla según su dictado. Se denominó «Acta
Adicional», y se pegó al texto constitucional del 45 como un mal parche de
refuerzo. Non vici, abreviando mucho. A los tres meses, O’Donnell ya había
perdido la confianza regia, quien lo puso de patitas en la calle. Ramón María
Narváez fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros por quinta vez.
sábado, 12 de septiembre de 2015
Jefatura del Estado
La primavera concluyó con un acontecimiento
histórico para nuestra generación. La proclamación de un nuevo Rey no es algo
que se vea todos los días. Su escasa frecuencia condiciona la atención
extraordinaria. Es como la elección de un Papa, la caída de un imperio o el
reconocimiento de sus errores por parte de un político. Y, al margen de la
pompa protocolaria, emociona ser testigo de un hecho que quedará grabado para
los anales, e impreso para ser estudiado por nuestros descendientes. Un hecho
que se ha venido produciendo a lo largo de los siglos en varios países del
mundo por golpe de trascendencia: muerte, renuncia, conquista… Derecho de
sangre, sea familiar, sea vertida en campo de batalla o en marmóreos salones
adornados con tapices de paño fino. Derecho divino o derecho escrotal, aquél
impuesto por el que tolera lo intolerable o por los cojones del caudillo de
turno. O, simplemente, transmisión constitucional.
La más larga
Cuando tecleo estas palabras, supongo que el
gobierno de la Generalidad de Cataluña y los acólitos se mantendrán en sus
trece con celebrar la consulta independentista. Francamente, estoy deseoso por
ver si cumplen. Si tienen arrestos de enfrentarse a un resultado incierto y a
un porcentaje de participación enigmático.
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