viernes, 14 de diciembre de 2018

Perdedor (trilogía del chaval y III)

¿Chaval? ¿Eres tú?… ¡Espera que me acerco!… ¡Eh, no te muevas de ahí!, ¿no me has oído?, ¡espera, hombre!, ¿te han entrado las prisas al verme?… ¡Menuda sorpresa, chaval! No te hacía por aquí, perdido en mitad de la nada, entre esta arboleda… Daba un paseo y te he visto de lejos, sentado, o acurrucado, bajo las ramas del árbol… ¿Mirabas hacia arriba?, ¿contabas las hojas o qué?… ¿Qué raro eres de verdad, chaval?… Bueno, ¿cómo te encuentras?… Sí, no me respondas, lo sé: muy jodido, ¿cierto? Pero bien jodido, tragando mierda por un tubo, para pegarte un tiro, como suele decirse…

Ofertas de empleo (y II)

Me había quedado, antes de liarme, yéndome por las ramas, en que no terminaba de comprender todo lo relativo al mercado laboral, siendo paradójico el escenario de las ofertas de empleo, el cual constituye un submundo que cuenta con su gracejo, la verdad.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Reseña de Manuel Guerrero

El poeta y profesor Manuel Guerrero publica en el periódico digital Lucena Hoy una muy buena reseña de mi última obra Breve aproximación histórico-jurídica al constitucionalismo español, iniciativa que le agradezco públicamente. A continuación, el enlace para su lectura.
 

sábado, 1 de diciembre de 2018

Directores en el Régimen

Artículo publicado en Surdecordoba.com:

Durante el periodo que en España denominamos Transición y con la llegada de la democracia, la Cultura quedó abocada a la fagocitación por un sectarismo absurdo y rebelde, de la cual se apropió en un alarde de ridícula compensación por las penurias pasadas, los símbolos desprestigiados y las instituciones arrebatadas. La Cultura quedó en manos de la izquierda ideológica, que, desquiciada de fanatismo e ignorancia, vapuleó y repudió todo arte que desprendiera siquiera un tufillo a franquismo, criterio extensible a la vinculación indirecta...

Sobre prejuicios y mecenas

Artículo publicado en Lucenadigital.com:

Últimamente, advertida la escasa disponibilidad temporal, sea por penurias u ocupaciones, tengo descuidados a los amigos, y no está la vida para ir descuidando amigos, so pena de perderlos, sobre todo, cuando son amigos de los buenos, de los de verdad; así que valgan estas líneas a modo de disculpa y constancia de lo involuntario de la situación; aunque sé que, dada, justamente, la bondadosa cualidad de los mismos, también predomina en ellos la comprensión y la empatía; excluyendo de este trasunto de silogismo al peculiar Tito (ermitaño y cambiante como meteoro), e incluyendo a los amigos de la Asociación Cultural Naufragio, cuyas actividades perduran desatendidas y postergadas a mi pesar; cuestión ésta, sin embargo, que me preocupa menos, al estar en manos de personas capaces, cualificadas y comprometidas, quienes cuentan con el apoyo de un generoso grupo humano, siempre fiel y fraterno. Lucho, eso sí, contra viento y marea por preservar mi colaboración en la revista Saigón, en la cual inicio nueva etapa, supliendo, en acrobático salto circense, la materia jurídica por la cinematográfica...