domingo, 13 de junio de 2021

Humildad coronavírica

 Que un bicho microscópico, de composición acelular, nos haya jodido tanto la vida (¡y lo que nos queda todavía, oiga!) debería invitarnos o habernos invitado, en estos días de enclaustramiento, a reflexionar tanto sobre nuestra condición mortal como sobre nuestra responsabilidad material y moral en todo el cotarro coronavírico.

Hibernación coronavírica

 Ya nos advertía aquella preclara mente discursiva del presidente Mariano Rajoy que, quien habla mucho, más peligro corre de errar durante su soflama o alocución. Se refería el portento a esos cortocircuitos léxicos, esos resbalones oratorios, esos apaleamientos sintácticos, esos lapsus linguae que, con frecuencia ferroviaria, solían hacer un alto en sus celebérrimos pregones. Pero estos pequeños (por el nivel de importancia de su contenido) traspiés dialécticos, los cuales sin duda conmueven y mueven a la risa, la condescendencia o la compasión, no deben confundirse con aquellas estulticias soltadas después de un supuesto (y atención a lo de supuesto) proceso de reflexión y análisis, culminado con una conclusión lógica (por emplear algún termino hipotético). Lanzados a discreción, se asemejan a identificadores de una infame bajeza moral, que pretenden excusar o justificar acciones altamente reprobables, partiendo de la consideración de que los oyentes son idiotas (punto probable, claro) o que tienen las cualidades esofágicas de Linda Lovelace (igualmente probable). Vocablos con la consistencia de la diarrea de una vaca que avergüenzan e indignan a cualquier persona con un mínimo de honestidad e integridad, y que, tacharlos de eufemismos, sólo provocaría una licuación mayor de esa diarrea vacuna. Por desgracia, en menos de diez años, hemos vivido algunos de estos episodios.

martes, 1 de junio de 2021

Condición humana II: El contrato de Messi

 Artículo publicado en Lucenadigital.com:

Porque el pastizal contractual que se embolsa el futbolista Lionel Messi a consecuencia del ejercicio de su oficio clama, sin duda, al cielo. No es intención de estas líneas tecleadas cuestionar el talento o el mérito de un profesional en el cumplimiento de su deber, acudiendo, para ello, a todos los recursos que la naturaleza, el esfuerzo o el dios que fuere le ha otorgado; pero nadie habría de ganar tan grande pastizal por entrenar unas pocas horas al día y competir otras pocas a la semana, minutos en ocasiones; máxime, cuando otros profesionales del deporte, incluso olímpicos, se ven abocados a compaginar el entrenamiento y la competición con el desarrollo de una actividad profesional que les conceda los ingresos suficientes para el sustento vital...

Condición humana II: El contrato de Messi

La Luisiana española (V)

 Artículo publicado en Surdecordoba.com:

Y aquí se iba a acabar la tontería… Los vínculos, que entre España e Irlanda fueron tradicionales, históricos, se implementaron desde el último tercio del siglo XVI, motivados por cuestiones geopolíticas, socioeconómicas y, cardinalmente, religiosas. A la lucha confesional entre la España católica y la Inglaterra protestante se le otorgó el calificativo de cruzada y se significó en un fervoroso rechazo hacia la expansión inglesa sobre la isla...

La Luisiana española (V)