A
Joaquín Caballero
y
M.ª Dolores Moral
Estremece
la indiferencia con la que instituciones y organismos públicos han acogido el
cuadragésimo aniversario de la Constitución Española de 1978. Sobre todo, a
nivel local o provincial, extensiones territoriales que se suponen más cercanas
al ciudadano. Éstas debían haber organizado simposios, jornadas, mesas redondas
y charlas en las variopintas formas del amplio jaez histórico, jurídico,
político y sociológico. Por supuesto, tanto a nivel académico o educativo como
vecinal, esclareciendo los muchos puntos oscuros o ignorados por los legos en
la materia, que les facilitaría la imprescindible comprensión de la norma
básica de convivencia, su espíritu y objetivo, su esencia y propósito,
alimentando la sana y racional crítica desde lógicas posiciones de instrucción,
ilustradas… Aunque, bueno, en una sociedad que aspira al borreguismo y una
interesada plutocracia que lo fomenta, el argumento suena a risible entelequia.
En un excepcional perímetro próximo, sólo singulares centros de enseñanza se
responsabilizaron. Así, el Aulario de la UNED en Cabra tuvo la feliz iniciativa
de plantear el homenaje con un repaso general a toda nuestra ajetreada, al
tiempo que grandiosa, historia constitucional, concediendo a quien subscribe el
privilegio y el honor de impartir la Lección Magistral del Acto de Apertura del
Curso Académico.