«A esa pregunta, tan infantil, mis amigos
siempre contestaban lo mismo: “Los coños”. Yo en cambio contestaba: “El olor de
las casas de los viejos”. La pregunta era: “¿Qué es lo que más te gusta en la
vida?”… Estaba destinado a la sensibilidad. Estaba destinado a convertirme en
escritor. Estaba destinado a convertirme en Jep Gambardella». Con esta inoportuna
reflexión de Gambardella —personaje interpretado de manera sobresaliente por
Toni Servillo—, que acota con tinta amarga su fiesta de cumpleaños, y de la que
hace cómplice al espectador, el director y guionista napolitano Paolo
Sorrentino introduce el título de la película con la que merecidamente ganó el
Óscar. Y el Globo de Oro, el BAFTA y el Premio de Cine Europeo.
jueves, 17 de agosto de 2017
Reformando la Constitución (y II)
Vamos a ver, no es que le haya tomado manía al
artículo 1 de la Constitución. Lo que pasa es que está demasiado desfasado,
respecto de nuestra realidad histórico-socio-política, de modo que no hay por
dónde cogerlo. Y creo que me contengo, con la reforma que planteo. Sin embargo,
este artículo (el que estoy tecleando, no el de la Norma Fundamental) tiene el
único objetivo de finiquitar aquellas ideas o sugerencias que me propuse
ofrecer en la anterior entrega, poniéndolas a disposición de aquel organismo al
cual se le endose el marronazo, y cuyos miembros serán remunerados, sin duda,
excesiva, si bien, merecidamente.
martes, 1 de agosto de 2017
Preocupado por Guerrero
Artículo publicado hoy en Surdecordoba.com:
Sepa usted, fiel lector, que llevo unas semanas preocupado por mi buen amigo Manuel Guerrero, a quien aprecio y quiero desde hace más de veinte años, y con quien me digno en compartir espacio, o bytes, o como se diga, en esta casa, o web, o el término que se emplee digitalmente; eso sí, siempre al sur de Córdoba...
De filias y cinefilia
Artículo publicado hoy en Lucenadigital.com:
Supongo que contará con idéntico proceso, que las aficiones surgirán de igual manera. Personalísima y homogénea a la par. Un destello que inflama el interés, un detalle que incendia el alma. Tal vez las hayamos estado practicando esporádicamente, como al descuido, por ocupar el tiempo libre, o compartirlo con familia o amigos; y un buen día, sin saber el cómo ni el porqué, no podemos abandonarlas, deseando de que lleguen esos preciados momentos reservados para ellas. Algunas ascenderán a pasiones, necesidades vitales que te descomponen, de no satisfacerlas; otras se quedarán en eso, en filias...
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