Se han superado holgadamente los cuatro años desde que me comprometiera a ofrecer una segunda entrega para esta serie de creaciones humanas más acordes con la desfachatez de la vulgar irrelevancia que con elegancia de la ilustre razón. De esta serie de simpáticas gilipolleces que nada aportan al engrandecimiento de la humanidad, ni son ejemplo para generaciones venideras o materia de estudio de futuros planes académicos. Aunque el problema, claro, es que detrás de toda gilipollez hay un gilipollas dispuesto a asumir, cordial, la autoría...
lunes, 31 de agosto de 2015
Otras simpáticas gilipolleces
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Comparto la crítica a la decadencia que Julián llama gilipolleces. El mayor de los vicios es la superficialidad, decia Oscar Wilde. Julián Valle es más castizo. Y más directo.
ResponderEliminarSe lee con agrado, incluso la ironía de una enumeración decreciente.
Está escrito con acierto este artículo, que más que certero, es un espejo de esta sociedad de la crisis, la superficialidad y el moreno de levadura del sol, ese bronceado resplandeciente que simula el vacío, la despersonalización y el borreguismo.
Gracia amigo Julián por tu linterna.
Gracias a ti, Luis, por tu lectura y tus palabras.
EliminarComparto la crítica a la decadencia que Julián llama gilipolleces. El mayor de los vicios es la superficialidad, decia Oscar Wilde. Julián Valle es más castizo. Y más directo.
ResponderEliminarSe lee con agrado, incluso la ironía de una enumeración decreciente.
Está escrito con acierto este artículo, que más que certero, es un espejo de esta sociedad de la crisis, la superficialidad y el moreno de levadura del sol, ese bronceado resplandeciente que simula el vacío, la despersonalización y el borreguismo.
Gracia amigo Julián por tu linterna.