Durante los últimos tiempos ha sido patente la creciente preocupación, cuando no descontento, amplificado, en ocasiones, con radicales manifestaciones de odio, hacia el turismo; en concreto, hacia las masas de turistas que, cual desbocada marabunta, acometen las bellas ciudades y demás zonas de especial interés. Y quizá sea una consecuencia lógica...
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