No recuerdo cuándo fue la última vez que me sentí de tal forma. Todavía busco la palabra, el calificativo adecuado al estado de ánimo. «Asqueado» puede aproximarse considerablemente. En todo caso, es un remordimiento insano, como una amarga traición cuya penitencia me acompañará largo tiempo. Un arrepentimiento que no puedo asumir como un bache más en el tortuoso camino de la vida… Y eso que el origen podría reconocerse banal, casi insignificante, aunque a quien suscribe le está generando un penoso cargo de conciencia...
jueves, 3 de enero de 2019
El código de los dignos
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