Hoy es una tarde de febrero atípica, en un invierno preocupantemente extraño. El sol ningunea entre las nubes, como si la opacidad del fenómeno se manifestara incapaz de ensombrecer, pese a la distancia, la radicalidad de su fulgor. La calidez de la luz aprieta, entonces, de manera intermitente, apareciendo y desapareciendo en función del caprichoso avatar del nubífero desplazamiento catalizado por una suave brisa templada, alarmante para el ciclo...
viernes, 1 de mayo de 2020
Sobre amigos, escuelas y tés
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