Es una tarde estival andaluza, seca, de esas en las que el sol, atestado de osmio, cae sobre la cabeza, impertérrito, pervertido por la displicencia y tonificado por la intolerancia hacia una especie que se empecina en devastar uno de sus planetas. Es una tarde, tecleaba, calurosa, de verano retorcido, de bochorno replicado, de esas que prefieres pasar en el hemisferio sur o, demasiado enervado para desafiar la muralla ecuatorial, directamente en Siberia...
miércoles, 2 de octubre de 2019
Sobre amigos, bodas y helados
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