Y como siempre llegan esos momentos en esta vida en los cuales hay que ser valiente, desafiar a la fortuna, enfrentarse cara a cara con la muerte, la desesperación, el horror, echarle un par de huevos u ovarios al asunto, encomendarse al dios o santo vacante, y tirar para adelante, opté, a fin de tramitar aquella solicitud del Certificado de Antecedentes Penales, a la que hacía referencia, fiel lector, en la primera parte de este amargo artículo, fracasada la corriente tradicional u ortodoxa, por la vía telemática...
miércoles, 1 de marzo de 2017
Siga volviendo mañana (y II)
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saludos:
ResponderEliminarComo siempre, magnífica prosa. Sabes contar las cosas, hacerlas visibles a quien las lee, y poner el dedo en la llaga, a veces con fina ironía, a veces con crudeza no exenta de poética.
Un placer seguir leyéndote.
Gracias por tus palabras, y por seguir volviendo para leerme.
EliminarUn abrazo.