Artículo publicado en Lucenadigital.com:
Se culminaba el milenio y también el contrato con Pierce Brosnan. Sus dos entregas habían funcionado más que aceptablemente entre la crítica (la primera, sobre todo) y el público, y el margen bianual era un principio impositivo para la productora. En 1999, al igual que dos años antes, Brosnan estrenaba por triplicado (aunque en la versión de El secreto de Thomas Crown de John McTiernan recordemos mejor a una espectacular René Russo), sin embargo, la exigencia física de la saga y el escaso paréntesis entre rodajes pasaría factura al actor...
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